Brandon Ingram fue el protagonista del segundo partido de la temporada de Los Angeles Lakers. El rookie de Duke se marchó al vestuario con dolor en la rodilla y no volvió al campo aunque las primeras investigaciones descartaron una lesión de gravedad.
Ingram expresó que sintió «dolor en la rodilla» al correr en la primera mitad y Luke Walton decidió limitar su presencia en pista pero dijo que no hay «nada serio» al respecto. Ingram tuvo el visto bueno de los servicios médico de LA para volver a pista pero el coach de los Lakers no quiso correr riesgos innecesarios. Tras ser revaluado en el descanso, los médicos estimaron que era mejor que Ingram no regresara y descansara el resto del partido.
«Dijo que no se hizo daño andando pero que al volver corriendo le molestaba y sintió que algo iba mal«, dijo Walton. «No sabemos si es tendinitis o no pero lo vigilaremos de cerca», añadió.
Preguntado por si jugará ante los Thunder en el tercer partido de la temporada en Oklahoma, Ingram contentó que sí. Acabó con 1 de 2 en tiros de campo.